Soy un fotógrafo. Hago fotografías. Yo no las tomo, disparo, capturo o las agarro.
Yo hago lo que hago para ver el mundo de otra manera y mostrar a los demás lo que veo y siento. Y si, realmente así se veía cuando lo vi a través de mis ojos, mente y corazón.
Profesional o no, yo prefiero hacer una fotografía como lo hace un aficionado: por el puro amor hacia ella (fotografía).
Las herramientas de mi oficio son una cámara y el objetivo (lente), pero las herramientas de mi arte son mi pasión y visión.
Digital o de película, no es la forma en que hacemos nuestras fotografías lo que importa, sino que las hacemos.
El equipo que tengo es suficientemente bueno. Mi cámara no tiene que haber sido hecha recientemente para que pueda fotografiar el presente. La marca de mi cámara es irrelevante para la búsqueda de la belleza y la autenticidad en mi trabajo. Los megapixeles no son forma de medir una fotografía.
Quiero fotografías mas profundas: Fotografías honestas que estén vivas, no meramente grandes o realmente nítidas.
Espero que el legado que creo con mi trabajo no sea juzgado por la cantidad de fotografías que hice en ésta vida, sino por lo que esos pocos mágicos cuadros hacen en el corazón y mente de los demás.
Compararme con otros, o compararlos a ellos conmigo, es una pérdida de mis esfuerzos creativos y hace que sea mas difícil ver la luz, perseguir las maravillas y hacer mi trabajo. Hay mucho que ver y crear para desperdiciar demasiado esos pocos momentos.
El arte no es una competencia sino un don.
Creo que las fotografías pueden cambiar al mundo, porque me han cambiado a mi.
Creo que la fotografía abre mis ojos a una vida mas profunda, una que reconoce los momentos y los vive mas profundamente por estar presente en ellos.
Yo quiero hacer esto, por el resto de mi vida, como aficionado: por el amor a la fotografía.
David duChemin, Craft & Vision.
http://craftandvision.com/pages/manifesto
Traducción por Stefan Rivera.